Tuesday, August 4, 2009

Vendimia en Queretaro


La fiesta de la vendimia como cualquier otro rito pagano, que en nuestras fechas se han convertido en meros momentos fugaces de mercadotecnia, publicidad, capitalismo y excesos, tuvo a bien regalarnos un intenso fin de semana en Queretaro, especificamente en las cavas de Freixenet http://www.freixenetmexico.com.mx/Freixenet/Index.html el plan era sencillo, hospedaje en Bernal Qro, y el sabado pasaríamos como buenos turistas chilangos el día completo en las cavas, todo de acuerdo con el plan, nuestra copita de cortesia, ya sea tinto o espumoso, al gusto del patrón, y luego una fila de paciencia para entrar al recorrido de las cavas, no deja de ser interesante conocer los procesos de elaboración de las bebidas o alimentos, y despues nos invitaron cordialmente a formarnos en la enorme fila para el pisado de uvas; al ver la cantidad de gente formada, optamos porque esta vez no pisariamos si acaso, las botellas rotas o los cuerpos inertes de los participantes ahogados en su propio alcohol, entonces decidimos irnos a comprar algunas botellas para compartir y descansar en alguna sombra, al final de cuentas ese ese era el objetivo definitivo de la visita, y encontrar entre el mar de gente y la competencia una mesa para poder descansar y degustar de lo que pudieramos comprar, era un pequeño martirio personal, mas filas mas gente, estaba abarrotado el lugar (aunque nunca he sabido por que se dice abarrotado), despues de comprar un numero significativo de botellas, improvisando barriles o barricas como mesas y acercando unas sillas, pudimos acomodarnos en el paso, y ahi estuvimos largo rato hasta que una amable familia nos cedió una mesa para estar mucho mas agusto.

La manada de 11 personas sedientas, deshidratadas y ansiosas por acabarnos todo el vino producido un millon de botellas de este año, parecia que no terminaba de acomodarse, era demasiado temprano para irnos, y demasiado tarde para parar. La paella, las carnes frias, los quesos servían de buena botana para amainar los embates poderosos del alcohol, los brindis, los "saludes" los "quien quiere más" eran frases que se repetian como las gotas que se derramaban cada que alguien terminaba de servir las botellas que estaban destinadas a ser el recuerdo familiar, pero que terminaron siendo un simple recuerdo esa tarde. Las copas rotas, las camisas, pantalones o faldas manchadas de vino empezaron a ser una constante. Aproveche un momento de confusión para ir al baño, estuve conociendo los alredeores del edifico donde carpas instaladas con mesas y sillas, daban cuenta de una verdadera fiesta de alcohol de vino, de canciones, de borrachos y borrachas que se entusiasmaban, que se emocionaban y terminaban cediendo abatidos por el calor del vino.


La tarde como calurosa presentación de la vendimia, nos llevó por otros sentimientos ajenos y propios, nos juntó, arrejuntó y nos separó. Fue una gran experiencia, una verdadera sed que tenemos por hacer cosas auténticas aunque tengan marca registrada, no importa si nos morimos en el intento, eso dice uno cuando anda borracho, pero por hoy, salud!

El final violento y de reconciliación pre-resaca será comentada en un post adicional. No hay borrachera sin riña.

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