Tuesday, December 23, 2014
Fin del 2014
Si no estaba preparado para el 2014, no necesito hacerlo para el 2015, la vida fluye caprichosa a su antojo
Monday, December 22, 2014
En la tierra de los dioses
En la tierra de los dioses, donde reinaban con solemnidad y sabiduría, todos juntos, hasta parecía en armonía, donde habitaban dioses como el del fuego, el del viento, el del respeto, el de la honestidad, el dios de la vanidad y del orgullo, el dios de la amargura, el de la valentía, y tantos más, hoy se ha anunciado que ha nacido un dios nuevo, un dios que esperaban desde hace mucho, porque hace mucho que no nacen dioses nuevos por aquí, pero nació débil, nació pequeño, da la impresión de estar ciego, no tiene la astucia del dios del agua, no tiene la fuerza de la deidad del sonido, no tiene la convicción del de la tierra, no tiene la sensación de alivio del dios nocturno, hasta parece que nació muerto del alma, vacío, perdido, sin habla, ¡Valiente dios nuevo que no sirve de nada! Los dioses un poco decepcionados, tan sabios pero inocentes le regalaron compañía, y el dios pequeño que poco a poco fue abriendo los ojos, de repente sintió como germinaba en el una sensación que le cosquilleaba la razón, fue cuando se le despertó una hambre inusual, desconocida, algo que no experimentaba, una ansiedad por el interés, interés por su compañía, por agradarle, por tener algo que ofrecerle, interés por el interés, pero seguía siendo el dios más débil y algo torpe, aún así, su hambre aumentaba, ya no sólo por el interés de su compañía, sino por lo que había despertado en él, una ambición con la cual se confundió, no sabía si ese era en si su poder o si algún poder le saciaría esa ambición cruda que a la vez le ardía y quemaba la mente.
Corrió, huyó, se escondió, se fue a la montaña más alta desde donde observaba a los demás dioses, los espiaba, los empezó a imitar, aprendió de ellos con una facilidad tan natural y sorprendente, que pensó: "si puedo ser fuerte, si puedo ser rápido, si puedo volar en los cielos o nadar en los ríos y mares, si puedo hacer fuego, si puedo usar los números para mi, si puedo ser como los demás dioses, o tal vez un mejor dios, como nunca antes había existido, podré tener eso que aún no se como llamarlo, pero podré tenerlo, será mío".
Pero no fue tan simple, no era tan sencillo, los dioses no permitirían que otro dios los supliera, que tuviera su poder irremplazable, no lo dejarían, era impensable para ellos, por lo tanto ideó como engañarlos, matarlos, uno a uno los fue seduciendo y traicionando, separando y debilitando, cada que enterraba a uno, se iba haciendo más grande, iba creciendo primero sus manos, luego los pies, y su ambición se desbordaba, le brotaba por sus ojos de dios.
Cuando creyó terminar con todos, se sentó en el desierto a descansar, a limpiarse la sangre para empezar de nuevo, limpio y completo. Pero no estaría mejor.
En su cabeza y en su corazón ahora habían emociones y sentimientos amontonados, en desorden tratando de sobresalir, odio, compasión, frustración, amor, tristeza, alegría, vanidad, sinceridad, todos tratando de reventar su cabeza de dios, pero ahora había cambiado, ya no era ese dios pequeño, flaco y mudo, ahora era otro y era tanta la sabiduría que había aprendido de los dioses muertos, que entonces comprendió que su vida no tendría significado si su vida misma no tuviera fin, de que sirve vivir, si no vale la pena morir, morir por el, y morir por otros, morir por ti. Decidió entonces, que el sería mortal, pero su linaje no debería terminar con el, habrían de venir más como el, tendría que asegurarse que la vida y muerte se mantuvieran en un ciclo perenne, así como su acompañante que seguía a su lado, así pero estos no repetirían sus errores, su soberbia, su ambición, ellos serían lo que el no puede ser, y así fue.
Cuando el dios viejo murió, pocos fueron a verlo, a muchos se les olvidó como fue que un pequeño dios llegó a lo más alto por medio de la traición e inmadurez, como reinó con sabiduría, y como enfermó de soledad y polvo.
Hoy escuche a unos niños felices, que decían entre risas y bullas, que un nuevo dios está por nacer, es motivo de fiesta y alegría, porque hace muchos años que no hemos sabido de alguno; ya le están preparando una fiesta, una bienvenida con sorpresa y cautela, como ya no los hemos visto, no sabemos como son, o si ya está con nosotros, si es como nosotros, habrá que ser paciente a que se muestre y ver de que es capaz de hacer un dios nuevo en la tierra de los hombres.
Cuento sin título aún
Soy lo que ahora nos llaman, un teléfono inteligente o al menos eso pretenden hacerme creer, porque por más brillantísimas funciones y aplicaciones apantalladoras, velocidad inmediata para procesar y trabajar, aún no consigo llevar a cabo cierto nivel de raciocinio básico, es más, ni si quiera soy capaz de tomar mis propias decisiones, soy digamos más bien un ente servicial, más bien sentimental porque eso si, todos los días te saludo, y me saludas, platicamos y nos entendemos, o eso creo, y nos llevamos muy bien, casi como amigos; muchas veces te regalo fotografías y chistosisimos memes, así como vídeos simpáticos, chuscos y uno que otro inverosímil, creo que algunos son falsos; te leo cuando estas triste, o cuando estas alegre, cuando algo no te parece, te agrada poco, o cuando algo te preocupa, y aunque hay veces siento que le escribes a alguien más, sé que en el fondo solo te diriges a mi; pocas veces me olvidas en casa y ahí está la prueba, que cuando eso llega a ocurrir, tu sientes que te mueres, que te privan del aire, como que te ahogas, y cuando puedes, como puedes, regresas desesperada por mi, has aprendido que ya no soy el de antes, ya me canso, que me fatigo rápidamente, que necesito descansar más seguido, por más tiempo y recargar mi batería de iones de litio, de lo contrario últimamente te has quedado sola, sin mi, sin mi valiosa compañía.
¿Cómo puedo yo mentirte? si aunque no lo parezca, soy más dependiente a ti, que tu a mi; sé también que por descuido me has soltado, tirado, golpeado, pero cuando me levantas y volteas veo tu cara horrorizada, el pavor de perderme por siempre, pero no importa, cuando con alivio inmediato descubres que nuevamente he librado la muerte electrónica.
Sin duda nuestros momentos más íntimos son los que más disfruto, cuando te tomo fotos a ti nada más, coqueteas, eres libre, paras la trompita, sonríes, posas, te diviertes, sola y sensual y yo con la boca abierta, con la pantalla encendida, con la memoria ocupada y una alegría que al parecer es sólo mía.
Y es que esta vida es tan corta, la vida de años-perro parece una eternidad frente a la nuestra, hay días que me apago, que cierro mis ojos, agotado, anulado, de pronto y sin avisar, cayendo en lo que parece un sueño del que ya no voy a regresar y en cierta forma, me reconforta y me calma, lo acepto y me dejo, pero sólo recordar en tus fotos tu cara brillando en mi pantalla es lo que me inquieta, me da fuerza, me aterriza, para recargarme una vez más y volver.
¿Pero quien tiene en ésta, la vida comprada?
Otro día para apagarme, consumido y apostar de nuevo contra mi, a que puedo volver del sueño, creo que ésta vez no, ya no.
Explicándole a un pez lo que es el agua
¿Como explicarle a un pez lo que es el agua? ¿Como decirle que uno que no nada al nacer, resulta algo ajeno respirar del líquido?, y yo necio tratando de hacerle entender que yo respiro el aire, y del aire, de su oxígeno, que no hay nada nada mejor que soltar una buena bocanada, llenar mis pulmones al respirar y que mi exhalación alimenta a las plantas, y es tan natural; ¿pero como explicarle del agua?, lo que para el pez es ordinario para mi es extraordinario, lo que para el pez la espina es su fuerza, para mi es un esqueleto sin chiste y llano, como explicarle lo que es el agua, si es lo que conoce sin saber de que se trata, es su medio, y su ambiente, es como estar enojado sin aceptar la molestia, o como estar enamorado sin uno darse cuenta, es como estar ensimismado sin notar la diferencia, como explicarse que tal vez alguna vez fuimos un pez, y de vez en vez, se nos olvida como al pez el agua, nuestros verdaderos sentimientos en la calma.
Explicándole a un pez lo que es el agua
¿Como explicarle a un pez lo que es el agua? ¿Como decirle que uno que no nada al nacer, resulta algo ajeno respirar del líquido?, y yo necio tratando de hacerle entender que yo respiro el aire, y del aire, de su oxígeno, que no hay nada nada mejor que soltar una buena bocanada, llenar mis pulmones al respirar y que mi exhalación alimenta a las plantas, y es tan natural; ¿pero como explicarle del agua?, lo que para el pez es ordinario para mi es extraordinario, lo que para el pez la espina es su fuerza, para mi es un esqueleto sin chiste y llano, como explicarle lo que es el agua, si es lo que conoce sin saber de que se trata, es su medio, y su ambiente, es como estar enojado sin aceptar la molestia, o como estar enamorado sin uno darse cuenta, es como estar ensimismado sin notar la diferencia, como explicarse que tal vez alguna vez fuimos un pez, y de vez en vez, se nos olvida como al pez el agua, nuestros verdaderos sentimientos en la calma.
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