Thursday, November 12, 2009

Reto Michoacanazo 2.6

Llegamos armados con solo un six de ámbar, y dos tecatotas de lata de mas de 700 mlts; era la entrada a Patzcuaro, tal como la esperábamos, con trafico, un buen.
Una vez que nos reunimos con nuestros guías, y quienes nos rentarían las cabañas llegamos a través del pueblo de Patzcuaro, pueblo, pueblo! pueblo quieto...pero al llegar a un extremo se abria una cañada, donde era la la entrada al terreno donde están las cabañas, en lo alto con una vista que dominaba la laguna, la isla y el pueblo, un rápido brindis y vamonos de tour por el pueblo, primero lo mas cerca que pudimos llegar con los coches unas cuantas cuadras a pie por calles de tierra sin empedrado menos pavimentación, llegamos a un jardín una plaza, que no era la principal donde también llegaría un contingente a caballo, un pelotón de jinentes, una costumbre que pensamos tambien serían dentro de las tradiciones de la época, seguimos el camino hasta llegar al hervidero, a la zona de la verbena, a los infaltables puestos de alimentos, tacos y garnacheria tipica local, enchiladas, buñuelos, artesanías, baratijas y tradicional "bisutería" hippie, montones de gentes, se arremolinaban, en un momento de distracción pude ver al gobernador en cargo con toda su comitiva, rodeados o mas bien correteados por camarógrafos y reporteros, perderse en alguna callejuela; esquites y elotes en el jardín central, frente a las nieves de pasta, de beso de angel, luego de chacharear en el tianguis sobre el jardín principal nos regresamos por nuestra garnacha, atole y chesco, algunas fotos y de nuevo a los carros para dirigirnos al embarcadero

Sabes que algo esta mal cuando...
te vas embuchacando todo lo que se ofrece en la calle a pesar de que ya comiste


La temperatura enfrio en la noche, a pesar de que ibamos prevenidos con chamarras, bufandas, abrigos, el frio era terrible, la espera parecía eterna, en la fila del embarcadero "las brisas" o algo así, y una vez en la lanchita en la oscuridad rumbo a la isla de Janitzio donde se veían solo luces de las demás lanchas, de boyas, y al frente la isla, olor a diesel, mas frio, vapor de las aguas lodosas, y despues de 20, 25 minutos de recorrido, llegamos a un muellecito, la visita no fue lo que esperabamos, porque habíamos pensado, aunque estuvo padre, no fue la mejor experiencia, mucha gente, mucha borrachera sin sentido, apenas subimos, pero no llegamos a la cima todos, nos dividimos cuando llegamos al panteon, ese que estaba inundado de flores amarillas, de veladoras, de fotos, de recuerdos, de cruces, tumbas y que mas? gente!!! mucha gente! mas gente que tierra había, pero sobrevivimos, el regreso en la lancha fue mas impactante aun, despues de literalmente meternos en la fila del muelle, cuasi sobornar a los lancheros de otro muelle y huir como refugiados en una, mas fria noche, silenciosa, con gente cansada y hasta harta, dormidos, hambrientos, lo que era el fin de la noche en Patzcuaro casi las 3 de la madrugada, ya no hicimos nada mas porque no había tiempo para nada mas, solo nos tomamos una botella en una de las cabañas pero no todo el grupo, solo algunos hasta que el cansancio dominó a todos, listos para descansar y regresar al día siguiente sin ninguna prisa, solo Claudia y Caro partirían a las 6 de la mañana o antes. La rodilla, sin problema, pero el baston fue el que sufrio, se le acabo la goma de tanto bastonear, pero aguantó justo al final del viaje.

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